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martes, 19 de noviembre de 2013

Las células se apagan cuando no son necesarias, no por envejecimiento

Dos investigaciones demuestran que la senescencia es esencialmente beneficiosa, y que no es consecuencia de la edad sino su "remedio"


Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han descubierto que la senescencia, es decir, el apagón de células que dejan de dividirse, no ocurre solo cuando el organismo trata de frenar un cáncer o en el envejecimiento, sino también en el desarrollo embrionario. Es decir, que su función es siempre beneficiosa: eliminar células innecesarias. Su presencia durante el envejecimiento, hasta ahora considera negativa, es en realidad como la de los bomberos en un incendio: están ahí para frenarlo, no son su causante.



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